"No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma, y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás conmigo.
Aquí, mujer, te dejo tu figura."
RETRATO DE MUJER
Gonzalo Rojas



domingo, 8 de enero de 2012

XVII

Se acercaba la mirada de la tarde, el destello cansado de quienes se han cansado de mirar. Existían otros ojos allá fuera, en una selva inquieta y delirante; ojos grandes, pequeños, rasgados, oscuros, bicolores, sonrientes, mudos. Eran demasiadas pupilas que rebotaban contra la suya, sin lograr reconocerla. Y Ella seguía en búsqueda de aquella especial.
Creía en la existencia de una mirada única, aquella que planea sobre la calma y el caos con igual intensidad, aquella que logra hacer vibrar el vientre, y desnuda las pieles.
Por esa mirada Ella construía puentes invisibles, por esas pupilas imaginadas era capaz de respetar la luz del día y salir hacia el tumulto. La buscaba entre las ruinas, en un cementerio de miradas pálidas y frías que sobrevivían a la muerte del alma, y se tendían sobre el cemento hurgando pedacitos de cielo.
Por esa mirada hubiera renunciado a su muerte, y habría continuado haciendo caminos, sin el desencanto de las grietas que hundían sus pasos, sin el temor a las cumbres que agotaban sus sueños.
Habría despojado de su cuerpo todas las cicatrices, y habría vestido su cabello de caricias al viento. Por esa mirada que sabría reconocerla… y mirarla.
Pero no llegaba.

Esa tarde, cansada de recibir los destellos anónimos y miopes de cientos de pupilas arrancadas de sus almas, la encontró clavándole los párpados, urgiéndole a mirarla, ahí estaba con su brillo titilando pasiones, con la profunda intensidad de la calma. La vio como sonreía a través de las pestañas, como emanaba amor del tierno y recorría las cicatrices de su cuerpo y recibía las caricias de su pelo.
Vio como una hermosa y abultada lágrima se desprendía y deslizaba de esa mirada que seguía fija en Ella, al otro lado del espejo.


http://www.youtube.com/watch?v=QodvurHXLBU

2 comentarios:

Mariluz GH dijo...

Me gustaría ser una 'mirada perdida' para que ella la encontrase y no tuviera que derramar ni una sola lágrima más

me dejó un regustín amargo, niña

abrazos con aires nuevos :)

Sandra (Aprendiz de Cassandra) dijo...

No Mariluz, es una lágrima de alegria, de haber encontrado en si misma, aquella mirada tan anhelada...

Abrazos llenos de nuevas miradas...