"No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma, y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás conmigo.
Aquí, mujer, te dejo tu figura."
RETRATO DE MUJER
Gonzalo Rojas



viernes, 30 de julio de 2010

I

Ella escribía con el alma embalsamada, escribía versos prohibidos para su estampa llena de cadenas, venía del ocaso suspirando sobre las margaritas, deshojando las espigas entre sus manos mutiladas. No callaba nunca, su garganta explotaba en el silencio, no podía callar sin morder la soledad…entonces..sentía.
Y también soñaba, con un náufrago desolado, en una playa con dos lunas – vigilantes y exhaustas- que arrebataba su corazón con un hambre carnívora y unos labios ensanchados por el sabor de su sangre enamorada. Entonces…sentía.
Y despertaba, inmersa en la grieta de su vida, allí donde convergen los abismos, calladitos, estáticos, sin temblores ni amenazas. Entonces…vivía. Sin grandes pretensiones, aguardando la calma de la mañana, los colores susurrantes del atardecer y la noche cabizbaja. Fue testigo de las horas, que al pestañeo fueron años, no alcanzó a velar su juventud cuando tuvo que vestirse de señora.
Reía fuerte…para ocultar las ruinas de su alegría, para amontonar las cicatrices bajo el brazo. Y lloraba…despacito, bajo el silencio, bajo la almohada, sobre su pecho, con el alma desparramada. Nadie le vio nunca una lágrima en su mejilla, ni la brillante transparencia de sus pupilas. Aunque así hubiera sido, ella sabía reír tan bien, habíase hecho experta en la seducción de una sonrisa. Conocía los sortilegios y las mentiras. Sabía desprenderse del dolor y burlar una carcajada. Entonces…lloraba.
Sumida en el letargo cotidiano, en la costumbre vacía, se detuvo un instante frente a un susurro que la llamó del otro lado de la vida. El aliento dulce de una voz segura, se apoyo en su mirada, le abrió los labios sin cautela y le extrajo de un suspiro las mil verdades bien guardadas. No valieron sus argumentos más que esa lágrima que desgarraba las palabras, no valieron sus “no puedo” más que ese fuego que se desataba en sus entrañas. No pudo asirse de sus miedos, no pudo arrancar desesperada, no pudo, (no quiso, cuenta avergonzada). Entonces….amaba.
Ahora, yace bajo la sombra de sus culpas que se deshojan una a una, se recuesta sobre su sangre que de ardiente se evapora. Asombrada observa a este hombre de miel que sin permisos ni contiendas se tiende en su piel, desatando las cadenas para cubrirla de sedas. No puede agradecerle sin herirle, entonces ella se viste con los más húmedos labios que yacían olvidados y lo besa lentamente, intentando depositar allí las “gracias” prohibidas…No puede amarle sin herirle, entonces lo mira mientras tanto, a ciegas en la distancia, roza su silueta momentánea, acaricia hasta las fibras medulares de su imagen y su alma, lo abraza contenida, se impregna de su aroma, le arrebata la nostalgia…y le escribe en silencio, en la noche, en su ausencia, en su jaula.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cada uno construye su propio destino. El no callar nunca no es sinónimo de sentir; porque se puede hablar todo el día sin decir nada valioso incluso. Sentir es dejar impregnarse, no se planifica ni se adorna para que se vea mejor.
Amar es un privilegio, y amar de verdad no provoca culpa. La culpa es el bastón que ocupa la irresponsabilidad cuando ya no puede seguir avanzando sola, cuando ya parece caerse de vieja que está, pero no hay intención de dejarle morir y deseamos seguir con ella a cuestas.
Si la cubrieron de sedas y la contuvieron debe haber sido porque creyeron que se lo merecía, o que era digna de esos gestos de amor.
Amar sólo sucede, pero una vez que sucede, uno elige a quien ama, en el sentido de siempre tener la opción de escoger si ese ser tiene méritos suficientes o no para depositar nuestro amor en él.
No es algo aleatorio, hay un paso previo.

galmar dijo...

Gracias a ti, por dejarte leer:) un beso muy grande y feliz fin de semana:) para mí, amar tiene mucho de experiencia y sentimientos individuales, pero lo más hermoso que tiene es que se comparte y pareciera que así se multiplicara, las otras opciones son todas tristes, biquiñossss y muchas gracias por tu comentario:)