“Te sigo queriendo, como el primer día
Con esta alegría, con que voy viviendo
Mas con el relevo, de las cosas idas
En la expectativa, de los logros nuevos…”
Él toma su guitarra, Ella bebe de su voz tantos recuerdos. El primer acorde, el primer temblor y se reconocen dos antiguos niños columpiándose en el mismo vuelo.
“Te sigo queriendo, valga la osadía,
Con la garantía, de mis pobres sueños
Es decir, me empeño, porque todavía
Vive el alma mía, de seguir creyendo
Como el primer día, como el primer beso
Y el primer exceso de melancolía…”
Él toma el tiempo entre sus dedos, consiguiendo en un solo rasgueo mezclar pasados, presente y todo lo venidero. Relativiza la pausa y la distancia, y todas las fisuras que dejó el silencio.
“Como la afonía del primer intento
Como el argumento, de una profecía
Como el primer día, te sigo queriendo”
Ella se deja ir en la imagen de sus labios interpretando los años guardados, convalecientes de sus heridas, y su memoria reconoce el idioma de su sosiego.
“Te sigo queriendo, si no lo diría
Se que no podría con mis sentimientos
Lo que llevo adentro, se convertiría,
En una jauría, de remordimientos
Como el primer día, eres el velero
La estrella y el viento de mi travesía…”
Ella se deja ir en sus pupilas y su verde intenso, y comparte la lluvia que salpica este bosque haciendo más nítido su verdor y develando sus secretos.
“Mi filosofía, mi apasionamiento
Mi mejor acento, mi soberanía
Como el primer día, te sigo queriendo”
Él deja su guitarra, Ella deja los recuerdos y como el primer día, son en un mismo cuerpo, melodía y verso.
https://www.youtube.com/watch?v=W5byswHPYTA&feature=youtu.be
No hay comentarios:
Publicar un comentario